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Iris y su esposo Victor Coto |
Dios les bendiga amados
hermanos, mi nombre es Iris Hernández de
Coto soy miembro de Iglesia Bautista El Planeta desde 1988, a la edad de
12 años acepté a Cristo como mi Señor y Salvador, doy gracias
a Dios quien por medio de su hijo Jesús nos da su perdón, amor
y misericordia, para ser llamados sus hijos.
Juan 3:16
Porque de tal manera amo Dios
al mundo, que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree,
no se pierda, mas tenga vida eterna.
Pasando los años, mi vida después
de conocer a Cristo era aún llena de
pecados, no tan sincera, hacía cosas que no edificaban mi vida como toda joven que no ha comprometido totalmente su vida
a Cristo, pero la disciplina en la que crecí con mi Madre me
ayudo a tener cierto temor a Dios y a ella, porque ella trataba de involucrarme
y llevarme a la iglesia, a quien agradezco pues fue una influencia para mi.
Pero un día comprendí que necesitaba algo que
transformara mi vida de verdad, y fue cuando decidí dar a Dios lo mejor con mi
servicio a Él.
Comencé a servirle, pero aún
habían motivos que me hacían sentirme insatisfecha con la
vida que llevaba siendo cristiana, no
era fiel con Dios, con mi familia y conmigo misma, pero no dejaba de servir en la iglesia, servía en clase de niños, en
un grupo de crecimiento y me involucre en un discipulado por un tiempo, y debido a circunstancias no lo
seguí, pero a pesar de todo eso me
mantenía enfocada en Dios, pues Él poco a poco me iba cambiando.
Antes no era tan contagiado
el discipulado como hoy, tal vez no
hubiese cometido tantos errores pero aquí estoy, Dios tuvo misericordia de mi y decidí
seguir creciendo gracias a Dios y a las personas que utilizó a mi alrededor. También gracias a los que dirigen este gran proyecto discipulado que me ayuda mucho a crecer
espiritualmente en todas las áreas de mi vida.
Comprometí mi vida más a Cristo, ofreciéndome como un instrumento de
servicio en la iglesia dispuesta a servir. Recuerdo la época del campeonato de jóvenes
en nuestra iglesia, dirigido por nuestro hermano Carlos Ramirez, allí serví con mucho pasión, también estaba al frente de un grupo de crecimiento de
chicos que jugaban futbol el cual fue una experiencia de servicio hermosa, pero Dios seguía trabajandoen mi vida
espiritual y personal, trataba de honrarle cada día, y el Señor siguió obrando en mi vida de tal manera que Él me honraba de
la mejor manera también. El Señor siguió actuando en mí a través deldiscipulado Primeros Principio impartido por mi pastor
Celso Midence, enfocados en temas relacionados con la familia.
Seguidamente vino la etapa
del matrimonio, no sabia que Dios tenia allí en mi misma iglesia al príncipe
azul que hoy tengo Víctor Coto, con el cual me case el 16 de diciembre del 2005
y tengo 2 hermosos hijos Víktor y Aksa, hermosos regalos que Dios me presto y a
quienes amo.
El afán
Pero déjeme contarles estimados y queridos hermanos que no todo era
color de rosas, pase etapas en mi matrimonio que me desenfocaban y me alejaban
del interés hacia el servicio de Dios.
A mis 2 meses de casada ya
estaba embarazada de mi primer bebe Víktor, por supuesto todo una alegría en
nosotros cuando nació, pero los meses pasaban y comenzaban las primera experiencias desagradables en esa
nueva etapa de mi matrimonio, no quise recordar poner en practica los
principios aprendidos en el discipulado, del diseño de Dios para el matrimonio y ni aun me reincorporaba a mi discipulado.
Ese desinterés de no seguir
el discipulado permitió que el enemigo
me atacara, haciéndome creer que yo debía hacer primero todo en mi casa para
servirlo aun después de venir de mi trabajo secular, haciéndome creer
que si me quedaba lugar debía seguir el discipulado, que si nadie cuidaba a mi hijo
no podía capacitarme, que si mi esposo pasaba ocupado en el templo en las cosas
del Señor, debía darme mas atención a mi hijo y a mi, que si yo no limpiaba la
casa nadie lo haría; en fin eran tantas las excusas, a eso le puedo llamar
“afán”.
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Viktor y Aksa, los tesoros de Iris |
Esa etapa del afán fue que
invadió mi vida ,tanto que me irritaba
fácilmente y me preocupaba mucho por lo que tenía que hacer en mi casa,
pero Dios a través del Espíritu Santo me
exhortó, y dije es hora de involucrarme
nuevamente al lado de mi esposo por que
no es esto lo que tu quieres Dios que yo haga, fue entonces cuando le di
seguimiento al discipulado impartido por
mi Hermana Lizeth Marriaga quien ha sido una influencia para mi
junto con mis demás compañeras de discipulado, recordaba mi versículo favorito Isaías 41:10 y
tome nuevamente el ritmo ya que estaba
perdiendo el enfoque que Dios quería que yo hiciera como ayuda idónea para mí
esposo y servicio al Señor .
Y doy gracias a Dios porque
nos ha permitido como matrimonio trabajar en misión omonita y actualmente en
misión Lima y colinas.
Hoy no importa aquellas cosas que ocupaban
prioridad en mi vida y hogar ya nada me preocupa, porque Dios ya tomo mi carga
Salmos 55:22.
Nos da la fuerza y
voluntad de hacer lo mejor para El.
Dios ha llenado muchas áreas de mi vida y sé que lo seguirá haciendo, y estoy dispuesta a tratar de sujetarme cada día, y estar siempre comprometida en su obra y a seguir creciendo en su
palabra.
El Señor es un amigo fiel que
siempre esta en las buenas y en las
malas, y me ha beneficiado de gozar con
una familia de la fe que se preocupa por el crecimiento espiritual de mi
hermano.
Aplique la palabra “afán”
porque fue lo que quiso desenfocarme de mi crecimiento espiritual y el servicio
a Señor, el llama a personas ocupadas a trabajar.
Filipenses 4:6
Por nada estéis afanosos,
sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios, en toda oración y
ruego con acción de gracias.
Animo a mis hermanas y
hermanos, joven, adolecente y adulto para que le den lo mejor al señor con su
tiempo, por que a el le pertenece.
Dios bendiga cada joven involucrado en este proyecto,
para que podamos testificar a otros, las maravillas que Dios hace en nuestra
vida.
Iris Vega de Coto
Reflexione usted ahora...
¿Te estás discipulando en la actualidad? ¿Cual ha sido el efecto en tu vida del discipulado?
¿Estás sirviendo a Cristo plenamente o exiten áreas en tu vida que están insatisfechas por cosas ocultas?
¿Le pidas a Dios por las personas que pone en tu vida para crecer en tu relación con Cristo?
¿Consultas a Dios tus decisiones por más pequeñas que parezcan?
¿Sabes controlar el afán del hogar?
Lea y memorice ahora: Filipenses 4.6